silenciosos lectores aquí y allá, separados unos de otros, inmersos cada cual en su mundo, se repartían por el paseo ajardinado como estatuas vivientes, como gigantes mitológicos devoradores de fábulas.
martes, 22 de mayo de 2007
Refrán rioplatense
La culpa no es del chancho, sino del que por el lomo le pasa la mano.
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