domingo, 14 de febrero de 2010

Alfanhuí (y dos)

Vamos, que nadie tiene ni idea de cómo interpretar medianamente este libro.
Aunque el análisis citado del artículo del CVC da alguna buena clave interpretativa, sólo lo hace a la luz de la antropología académica. Otros datos buscados señalan:
-La importancia de la época histórica: es un escrito raro para la posguerra española."última novela picaresca o primer relato del realismo mágico en España"
A mí humildemente me ha parecido que aunque tenga mucho de nueva novela picaresca (el padre de Ferlosio escribió una obra con esa intención), tiene más de novela de caballerías. Hablando de este asunto, yo no me puedo imaginar al censor franquista intentando meterle la tijera a este libro, porque no hay Dios que lo entienda...
-El estilo literario: las comparaciones que he encontrado son sobre todo con Ramón Gómez de la Serna e incluso con los cuadros de Marc Chagall.
Me recordó a ratos al surrealismo de Lorca.
- Otra visión es la que da el autor del prólogo de mi edición, Juan Benet. Viene a decir que es un libro autobiográfico, y poco más.

Las simbologías son muy difíciles de traducir, acaso imposibles;alguna parece evidente (la abuela - eternidad, el encuentro con el propio nombre al final del relato, las cuevas, pozos y casas abandonadas, el gigante que realmente es un cíclope, ...  a la luz de la tesis de Philippe Walter, la escena de la muerte de la marioneta malvada en pleno carnaval resulta lógica.) Pero por ejemplo, la presencia de los gatos (macabra en muchas ocasiones), no queda nada clara,y tampoco queda demasiado claro el por qué de la elección de la profesión del maestro, la taxidermia, si luego a lo que se dedica es a buscar colores.En este sentido, (así acaba el libro, con un arco iris desplegado ante los ojos del héroe que ya ha hallado o ganado su nombre), los colores son la esencia del mundo, el secreto de la creación.
De forma análoga a otros héroes contemporáneos que beben de la fuente de lo antiguo (qué antiguo soy.qué antiguo eres, es una de las revelaciones que aparecen en el texto), como por ejemplo, el Siddharta de Hesse, esta última se da en un río.Así mismo la figura del río (todas las ciudades por las que va pasando Alfanhuí tienen uno, del cual se nos da cuidadosa cuenta.) Si nos ponemos hipertextuales, el otro polo de Ferlosio tiene hasta nombre de río (El Jarama.) Y no sólo el río, sino el agua (las lagunas, los pozos, inlcluso el mar ausente pero que aparece en un par de ocasiones.)El agua, el viento, la tierra y el fuego, la piedra, la luz, el animal y la planta, todos estos elementos naturales se van dando en la novela como elementos primordiales que aparecen y desaparecen como otro personaje más, que actúan sin actuar, sin raciocinio, frente al maestro-brujo que los trata de dominar descomponiendo el caos primigenio en trozos y elementos, encerrándolo en botes, tiñendo las hojas del castaño (por cierto, ¿en qué año se publicó La náusea...?)Cuando regresa a casa de la madre, Alfanhuí participa de la siega y hace gazpacho, aquello que se hace con los elementos salidos de la tierra, y de lo que comen los hombres, los segadores.
También la ciudad es vista como un todo orgánico, como un inmenso animal,nacida en mitad de ese universo primordial y expuesta a los rigores de los elementos al igual que todas las demás criaturas.En la ciudad conoce el protagonista la vida de los hombres y su segundo episodio de maldad ( en Madrid.)
Se me escapa completamente la razón de que sea en Palencia donde se encuentra lo que podría interpretarse como el dominio de lo natural por la ciencia (la herboristería, donde alcanza Alfanhuí una sabiduría fría de científico.)
Mucho tiene de Moria la figura de la abuela, la inmortal que da vida con periodicidad de forma insensible y aparentemente injusta en su reparto, (los huevos, elemento y símbolo tambièn del universo primigenio, de los cuales van saliendo aves, reptiles o están hueros.)
En fin, que tras verse aturdido por la obra , el lector minucioso encuentra bastantes referencias comunes en la literatura y la cultura en general para darle cierta coherencia y significado, aunque se sigue teniendo la sensación de que el sentido último de la narración se ha escapado con una risita burlona.

1 comentario:

  1. Aunque al inicio de la lectura se tiene cierta sensación de perplejidad y de cripticismo difícilmente descifrable,a medida que pasan las horas y los días tras el término de la lectura se van entendiendo más cosas y planteando más preguntas. Quizás esta sensación de descoloque se dé también por la falta de contexto, lo que dificulta una interpretación rápida y convencional.Otra cuestión acerca del libro es la asexualidad presente en el relato.Tanto el protagonista como el resto de personajes parecen seres asexuados y asexuales. Si bien aquí podría entrar en juego el tema de la censura, también es cierto que hay momentos en la narración en los que podrían estar presentes ciertas reminiscencias veladas al sexo, por ejemplo, el momento nocturno en el que Alfanhuí duerme en la misma cama que la abuela y esta se levanta a sacar y meter cosas de sus siete arcas de forma obsesiva. La verdad es que se podría analizar todo el elato desde una perspectiva no sólo Jungiana, sino también Freudiana, pero este tipo de análisis son ya harina de otro costal.

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