Noé estaba plantando unas vides cuando Samael, el ángel caído, le propuso compartir la viña. Noé accedió, y Samael mató un cordero, un león, un cerdo y un mono, y los plantó bajo las vides.
Por eso cuando el hombre bebe vino, antes de empezar es tan cobarde como el cordero; después de beber un poco, se jacta de ser tar fuerte como el león; cuando bebe en exceso es como el cerdo, ensuciando sus ropas, y si sigue bebiendo, será como un mono, se tambaleará tontamente, perderá el juicio, y blasfemará contra Dios.
Tanhuma Noah 13; Gen. Rab. 338.
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