miércoles, 1 de abril de 2009

Los aterradores susurros del pájaro

(Ella) me arrastraba...como  a un perro. Amarrado a una cadena para que la siguiera a todas partes y la obedeciera, ciego y sin voluntad (...)con un collar con puntas para adentro de esos que usan para amaestrar a los perros, uno no puede hacer otra cosa que obededer, porque el collar hiere cuando uno se resiste (....) por fin, con el cuello llagado, uno ya no es capaz de resisitir más y obedece porque duele demasiado no obedecer (....) llego a olvidar que alguna vez, en el pasado, lejos, quizá tuve voluntad o intenté desobedecer, cuando aún comprendía lo que es desobedecer.


José Donoso, El obsceno pájaro de la noche

No hay comentarios:

Publicar un comentario