martes, 29 de abril de 2008

Pobre miserable

Pobre miserable, rezándole a un hueco, rogándole a un agujero, a un bostezo de la Nada, a una piedra en lugar de a un corazón.

Pobre desgraciado, pensando aún y después de tanto tiempo y tantas mentiras, que aún se puede sacar sangre de los nabos.

Pobre ser hecho de barro, todo el cuerpo le tembló con un latigazo de dolor cuando el desamor volvió a cernirse nuevamente sobre él.

Pobre niño tonto, jugó con una Lamia- y la Lamia lo degolló.

jueves, 24 de abril de 2008

El mundo a través de sus ojos II -Plegaria

Algunas veces en la noche-Piedad, quién tendrá piedad de nosotros.

Sobre esta tierra, quién tendrá piedad de nosotros. Míseros, no tenemos un Dios ante el que postrarnos, y toda nuestra pobre vida llora.

¿Ante quién me postraré,a quién hablaré de mis espinos y mis zarzas duras, de este dolor que surgió en la tarde ardiente y que aún es en mí?

Qué pequeñitos somos, y la madre tierra no nos quiso en sus brazos y henos aquí acerbos, desmantelados de impotencia.

¿Por qué no sabemos de nuestro Dios?

Oh, si Él viniera un atardecer y quedamente nos abarcara con sus manos las dos sienes...


Roberto Arlt, El juguete rabioso

martes, 22 de abril de 2008

El mundo a través de sus ojos

De aquellos días conservo el recuerdo de un inmenso cielo resplandeciente sobre  horizontes de casas pequeñas y encaladas, de fábricas de muros rojos, y adornando los confines :surtidores de verdura, cipreses y arboledas en torno de las cúpulas blancas de la necrópolis (....)Caminaba así, estremecido de sabrosa violencia. Parecíame escuchar los rumores de una fiesta nocturna; en lo alto los cohetes derramaban verdes cascadas de estrellas, abajo reían los ventrudos genios del mundo y los simios hacían juegos malabares en tanto que reían las diosas escuchando la flauta de un sapo.


Roberto Arlt, El juguete rabioso




lunes, 21 de abril de 2008

Uno que citó a Platón...

Sobre el alma, el cuerpo me pesaba como un traje grande y mojado.


Roberto Arlt, El juguete rabioso

Intrépido

Por elogio de los hombres, he gozado noches tan estupendas, que la sangre, en muchedumbre de alegrías, me atropellaba el corazón, y yo creía, sobre las espaldas de mi pueblo de alegrías, cruzar los caminos de la tierra, semejante a un símbolo de juventud.


Roberto Arlt, El juguete rabioso


lunes, 7 de abril de 2008

Cita

¡Echa a correr hasta que te des de bruces con tu propia estupidez!


Óscar Nebreda